Los riesgos que surgen dentro de una obra son infinitos. Por esa razón es sensato dejar en manos de expertos, mediante un plan documentado, la definición del conjunto de normas exigibles en cuestión de seguridad y salud para cada obra en concreto.
Porque no es lo mismo una obra con 10 trabajadores a otra que requiera de 100, o donde se trabaje con máquinas pesadas a una en la que la mayoría de las herramientas son manuales. Como constructor debes velar por la seguridad de tus empleados y también, por supuesto, la de tu empresa.
Es directamente proporcional: cuanto mayor control tengas sobre los riesgos inherentes, menor probabilidad existirá de que surja cualquier tipo de incidencia lamentable.