SOMOS GAROA: JONATHAN ROJAS Y HARRIET

En GAROA trabajamos codo a codo dos compañeros: Jonathan y Harriet.

Yo soy Jonathan, unos de los socios fundadores. Allá por 2004 decidí emprender esta aventura por mi cuenta tras especializarme como técnico en prevención de riesgos laborales.

Muchas veces me he preguntado por qué elegí este camino y las razones son dos. Por un lado mi padre fue promotor toda su vida y yo, desde pequeño, he estado en medio de las obras, entre albañiles, arquitectos y maquinistas. De algún modo eso quedó grabado en mí.

Me fascinaba acompañar a mi padre, ver cómo se desenvolvía y cómo, casi de forma mágica, un terreno baldío se convertía en un lugar donde la gente podía vivir.

El otro motivo es que, quizá por ser el hijo del jefe, casi todos los trabajadores solían darme conversación. A veces para explicarme lo que hacían, otras veces para mostrarme cómo avanzaba su trabajo y de vez en cuando, naturalmente, para tomarme el pelo o reñirme si me acercaba donde no debía. Hacerme amigo de ellos creo que de algún modo impactó en mí y eso ayudó, estoy seguro, a dedicarme a lo que me dedico.

Hoy nuestro afán es protegerles. Preocuparnos por su seguridad.

En ocasiones, al vernos llegar a las obras, los trabajadores ponen cara de pocos amigos, no porque seamos unos ogros, sino porque trabajar dentro de un entorno lo más seguro posible y donde de por sí hay un alto riesgo de accidentes  resulta (y lo comprendo) muchas veces tedioso.

Esa, la función que mi socio y yo asumimos, es nuestra regla de oro, nuestro sentido de ser. Y aunque en ocasiones parezca que somos los malos de la película, la verdad dice todo lo contrario. Mi padre me transmitió esos valores, ese respeto por la vida de los demás, aunque ellos a veces no sean muy conscientes de que la mejor manera de que no ocurran desgracias es hacer todo lo posible por prevenirlas.

Nos encanta seguir manteniendo esa unión con los trabajadores: conversar con ellos, escucharles, proponer y discutir soluciones que les hagan sentir seguros, siempre sin entorpezer el desarrollo de sus actividades.

Jonathan y yo compartimos los mismos valores

Yo soy Harriet Sánchez y me incorporé a Garoa en 2019, algunos años después de su fundación. Lo curioso del caso, no obstante, es que me gradué como arquitecto técnico el mismo año que Jonathan fundaba la empresa de la cual ahora soy socio.

Lo segundo más curioso es que mientras otros niños sueñan con ser futbolistas, cantantes o médicos, yo tenía bien claro que tarde o temprano construiría edificios. Llámalo como quieras… vocación, pasión o esperanza. Pero siempre supe con certeza cuál sería mi destino.

En el mundo de los adultos, sin embargo, las cosas cambian notablemente.

Hay responsabilidades mayores que uno debe asumir con profesionalidad porque en cada obra se pone en riesgo la vida, el dinero y los sueños de mucha gente.

Ese es mi objetivo real en cada proyecto nuevo que desarrollamos desde Garoa. Y por eso, en cada inicio las preguntas son las mismas:

¿Cómo protejo mejor la vida de los que trabajarán en esta construcción?

¿Cómo rentabilizo mejor los intereses económicos de todas las partes implicadas?

¿Cómo ayudo eficazmente a hacer realidad y de la forma más segura posible los proyectos de nuestros clientes?

Y además, sigo creyendo que tengo el mejor trabajo del mundo.

Educamos a cientos de profesionales.

Hace unos años la Fundación Laboral de la Construcción nos eligió para enseñar y ofrecer directrices relacionadas con los riesgos laborales a los diferentes gremios del sector.  Educamos a cientos de profesionales. Es un gran reconocimiento, una manera sencillamente generosa de respaldar nuestro trabajo.

¿Podemos ayudarte?

Si tienes un proyecto y necesitas que te ayudemos, o te asesoremos, contáctanos. Tanto Harriet como yo trataremos de ofrecerte el mejor servicio, velando siempre por tus intereses.

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